PAPAS DE MCDONALDS
Ingredientes
reales…
En
concreto, las patatas fritas incluyen en su receta algo más que patatas, sal y
aceite: llevan dextrosa, un tipo de azúcar; ácido sodio pirofosfato —para
mantener el color de las patatas—; ácido cítrico —como conservante— o dimetilpolisiloxano —un
derivado de la silicona que sirve de antiespumante—.
Pero
no sólo eso: llevan además una combinación muy variada de aceites. Aceites de
canola —a partir de semillas de Colza modificadas genéticamente—, de maíz, de
cártamo o de soja hidrogenado con terc-butil-hidroquinona (TBHQ) —además del
ácido cítrico y el dimetilpolisiloxano—. Todo ello sin olvidar el «sabor natural»... de una «fuente vegetal», como aclara el
documento de la compañía en el que se especifican los ingredientes de sus
productos.
Por
el momento, ya son innumerables las páginas web que alertan sobre estos
ingredientes y que destacan como, por ejemplo, el TBHQ ha
sido relacionado con enfermedades como el asma, trastornos cutáneos,
hormonales, y, en estudios en animales a largo plazo, con ciertos tipos de
cáncer y daños en el ADN.
MONSANTO
Los activistas no se rinden ante los
gigantes transgénicos y, a pesar de que poseen menos recursos, hacen lo posible
para llamar la atención sobre el problema de los organismos genéticamente
modificados, conocidos también como OGM. Esta semana ha estado marcada por
varias noticias relevantes en el campo de los productos transgénicos. En
Francia el Consejo de Estado anuló el decreto que prohibía desde marzo de 2012
cultivar en territorio del país semillas de maíz transgénico de la
multinacional estadounidense Monsanto. La polémica entre los partidarios y los
opositores de este tipo de productos no cesa ni en el espacio virtual.
Así, esta semana un grupo de empresas
biotecnológicas, incluida Monsanto, creó un foro en línea para combatir las
crecientes críticas a las que son sometidas por parte de los movimientos
sociales que se oponen a los productos modificados genéticamente a causa de sus
efectos nocivos. Daisy Luther, una activista y escritora independiente de
EE.UU., ha compilado en su sitio web la lista de los mitos más relevantes sobre
los transgénicos que "Monsanto quiere que creamos".
*Mito 1: Nadie ha
comprobado que los OGM sean nocivos para la salud Los portavoces de
Monsanto han afirmado muchas veces que es falso que se haya demostrado que los
organismos genéticamente modificados son perjudiciales para la salud. La
realidad: Varios estudios realizados por expertos asocian las dietas basadas en
OGM a tumores grotescos, fallos de los órganos, lesiones gástricas, daños
hepáticos y renales, reacciones alérgicas severas e incluso con la muerte
prematura.
*Mito 2: La tecnología empleada para obtener
OGM es comparable a los cruces tradicionales para mejorar la resistencia de los
cultivos" ¿Quiere oír algo interesante? Es posible que todo lo que usted ha
comido durante toda la vida fuera genéticamente modificado. Y lo mismo se puede
decir de sus padres... y de sus abuelos. Durante más de 10.000 años los seres
humanos han criado selectivamente plantas y animales. Las vacas que usted ve en
los campos tienen poco parecido con los antiguos uros de los que descienden. Y
el maíz que usted come es la versión doméstica de una planta salvaje llamada
'teocinte'", dice la página oficial de Monsanto. La realidad: "A
diferencia de las semillas híbridas, las semillas de los OGM no se crean con
métodos naturales de baja tecnología. Las variedades genéticamente modificadas
de las semillas se obtienen en un laboratorio con sofisticados métodos de alta
tecnología como la manipulación genética. […] Por ejemplo, Monsanto ha cruzado
el material genético de una bacteria conocida como 'Bt' ('Bacilo
thuringiensis') con el maíz. El objetivo era crear una planta resistente a las
plagas. Esto significa que cualquier parásito que intente comer la planta de
maíz morirá, ya que el pesticida forma parte de las células de la planta",
se explica en un artículo del portal The Food Renegade.
*Mito3: No hay diferencias
nutritivas entre los OGM y los alimentos tradicionales Las empresas de
biotecnología insisten en que no hay ninguna diferencia entre los nutrientes
que contiene la comida genéticamente modificada y los de los productos
orgánicos La realidad: Un informe publicado en el blog Moms Across America este
marzo indica que sí existen diferencias nutricionales entre el maíz transgénico
y el orgánico. El informe realizado por la compañía productora de maíz orgánico
De Dell, la única de este tipo en Canadá, mostró que no solo los valores
nutritivos son diferentes, sino que los niveles de elementos tóxicos también
varían.
*Mito 4: Los OGM no dañan el medio
ambiente Las compañías transgénicas insisten en que el cultivo de
organismos genéticamente modificados no es más perjudicial para el medio
ambiente que el cultivo de productos orgánicos. La realidad: Como ejemplo la
autora del artículo cita la isla de Molokai, en Hawái, donde la calidad del
agua y del aire es deplorable por culpa de una instalación para experimentos de
Monsanto de casi 800 hectáreas ubicada en esa zona. Esta semana 'Süddeutsche
Zeitung' ha publicado un artículo que describe cómo los partidarios y
exempleados de las compañías transgénicas han declarado una 'ciberguerra'
contra los ecoactivistas y los científicos independientes, poniendo como
ejemplo la multinacional Monsanto, cuyos empleados a veces ocupaban altos
cargos en el Gobierno de EE.UU. y varias instituciones oficiales, y algunos de
los cuales tienen estrechos vínculos con el estamento militar e incluso la CIA.
ALIMENTOS
TRASGENICOS
Muertes y riesgo de muertes
-1. Muertes
registradas por GM. En 1989, docenas de americanos murieron y varios
centenares fueron afectados y deteriorados por una versión genética alterada de
un suplemento dietario – L-triptofan. Una indemnización de 2 mil millones de
dólares fue pagada por Showa Denko, la tercera gran compañía química japonesa.
(Mayeno y Gleich, 1994).
-2. Riesgos
de muerte por reacciones alérgicas. En 1996,
genes de nuez de Brasil fueron injertados en brotes de soja por la compañía
Pioneer Hi-Bred. Algunas personas alérgicas a esta nuez sufrieron un shock anafiláctico
(similar a la reacción severa a la picadura de abeja) que puede ser mortal.
Ensayos con animales confirmaron el peligro y afortunadamente el producto fue
sacado del mercado antes que ocurriera alguna fatalidad. “El próximo caso
hubiera podido ser menos leve y el público menos afortunado”, escribio Marion
Nestle, Jefa del Depto. de Nutrición de NYU en un editorial del New England
Journal of Medicine. Cerca del 25 % de americanos ha tenido reacciones adversas
a los alimentos, 8 % de niños y 2 % de adultos tiene alergia alimentaria y su
inmunoglobina ha sido analizada.
-3. Cáncer
y otras enfermedades degenerativas
-4. Cáncer
directo y vínculos con enfermedades degenerativas. En 1994, la FDA
aprobó la rBGH, una hormona de crecimiento genético de Monsanto, para inyectar
en vacas lecheras –aun cuando algunos científicos advirtieron sobre el
resultado creciente del IGF-1, una potente hormona química, vinculada con
riesgos superiores a 400-500% de cáncer de mamas, próstata y colon. Según el
Dr. Samuel Epstein de la University of Chicago, “induce trasformaciones
malignas en las células epiteliales de los pechos”. Estudios con ratas
confirmaron la sospecha y demostraron daños de órganos internos por ingestión
de rBGH. De hecho, los propios experimentos del FDA indicaron un crecimiento de
la masa del bazo de un 46 % -un signo de desarrollo de leucemia. El argumento
fue que la hormona es destruída por pasteurización. Pero en la investigación
efectuada por dos científicos de Monsanto, Ted Elasser y Brian McBride, sólo el
19 % de la hormona fue destruída a pesar de hervir la leche durante 30 minutos,
cuando la pasteurización normal es de 30 segundos. Canadá, la Unión Europea,
Australia y Nueva Zelanda han prohibido la hormona rBGH. El Código Alimentario
UN, un standard de salud internacional del ambiente humano, rehuso certificar
rBGH como seguro. No obstante, Monsanto continuó vendiendo este producto en los
EEUU. Parte de la razón puede deberse a que la política del FDA fue iniciada
por Margaret Miller, Directora Delegada del Servicio de Consulta en Salud
Humana y de otros organismos… y antigua supervisora de Monsanto. Ella
abrió el camino a gran cantidad de agricultores a quienes se permitió tener
antibióticos en la leche –y en un factor de 100 o 10.000 %. Michael Taylor,
Esq. fue el asistente ejecutivo del director del FDA. Él bosquejó la Enmienda
Delaney que redujo al mínimo los riesgos de cáncer y más tarde fue contratado
como consejero legal en Monsanto, y posteriormente volvió a ser Comisionado de
Política en el FDA. Varios otros productos GM aprobados implican herbicidas
comúnmente conocidos como cancerígenos - bromoxynil usado en el algodón
transgénico y el Roundup de Monsanto o glufonsinato usado en sojas GM, grano y
canola. Además y según el investigador Sharyn Martin, un número de enfermedades
autoinmunes se ven acrecentadas por los fragmentos de ADN extraños que no son
totalmente digeridos en el estómago humano e intestinos. Los fragmentos de ADN
son absorbidos en la corriente sanguínea y potencialmente mezclados con el ADN
normal. Las consecuencias genéticas son imprevisibles y se han hallado
inesperados fragmentos génicos en cosechas de soja GM.
PRINGLES
Pringles puede ser uno de los más grandes alimentos de ciencia ficción de nuestro tiempo. Tan delgada, tan homogénea, tan regularmente formada que se pueden apilar perfectamente, estos chips son realmente la comida del futuro. Pero,
¿Cómo se hacen?En primer lugar, para entender que son los
Pringles (y otros chips apilables), tienes que desprenderte de la idea de que
las patatas chip proceden de las patatas reales en cualquier forma reconocible.
De hecho, la empresa Pringles, afirmó alguna vez que su alta cantidad de
procesamiento y bajo contenido de papa en realidad hizo que las Pringles no
sean técnicamente papas fritas. (Para los que preguntan, ellos dieron este
argumento de auto-sabotaje en un esfuerzo por evitar los impuestos para los
llamados “alimentos de lujo” como las chips en el Reino Unido.
A menudo las chips o patatas fritas que vienen
apiladas en el paquete contienen tan poca patata que en realidad "técnicamente
no pueden ser consideradas como patatas fritas”. Ellos mismos lo dicen!.
Entonces, si no están hechas a base de patatas.
¿Qué son exactamente? El proceso comienza con una papilla de arroz, trigo, maíz y
copos de patata a las que se les da forma. Esta sustancia en forma de masa se
extiende en una hoja ultra delgada y es cortada por una maquina en forma de
chips. Las chips avanzan a través de una cinta transportadora hasta llegar a
unos moldes que le dan la forma curva que les permite encajar y apilarse unas
sobre otras. Esos moldes se mueven a través de aceite hirviendo…Después son
soplados en seco, rociados con saborizantes en polvo y por último, pasan por la
banda transportadora que se mueve lentamente para que les permita apilarse. De
ahí, pasan a las latas…y después van directo a las inocentes bocas de los
consumidores.